13 de diciembre de 2021
Influencia de la Geografía
El río Duero vertebra una de las zonas más importantes de producción de vinos de la península ibérica. Desde su nacimiento en Soria hasta su desembocadura en Oporto, el río Duero, no apodado en balde río de Vinos, baña 11 Denominaciones de Origen. Siete de ellas españolas, Ribera del Duero, Valtiendas, Cigales, Rueda, Toro, Vino de la Tierra de Zamona y Arribes. En territorio luso, Alto Duero, Beira Interior, Távora-Varosa y Porto se benefician de sus cualidades.
Y es que los más importantes ríos del mundo han dado lugar a importantes zonas vinícolas, Loira, Napa, Mosel, Ródano, … Su influencia en la geografía favorecerá diversos microclimas en función de la altitud de sus laderas, orientación de las parcelas, tipología de suelos y su efecto termoregulador. Y esto cobra vital importancia en zonas como la Ribera del Duero, donde la dureza de su clima saca la mejor versión de la Tinta Fina.
Los 150 km que conforman la zona hacen patentes diferencias sustanciales en sus suelos. Arcillosos, formados por granos finos pardos y rojizos que retienen bien el agua, aportando estructura y carácter. Calizos, suelos secos y áridos, blanquecinos, muestran vinos con elegancia y complejidad. Pedregosos, suelos pobres, con poca retención del agua, vinos maduros y robustos.
La zona Oeste, también conocida como la milla de Oro, donde se ubican bodegas como Vega Sicilia o Cruz de Alba, dispone de unos suelos compuestos mayormente por arenas y limos que dan origen a vinos concentrados, con mucha intensidad, gran protagonismo de la fruta y una exquisita finura.
Suelos que cada vez muestran más su relevancia en el resultado final, el vino. Hoy en día la viticultura lo es casi todo. Lejos parecen aquellos tiempos en que el foco se ponía en los procesos dentro de la bodega, ahora se mira fuera, al campo, al viñedo, al terroir. Ese terroir que lo conforman la geología, el clima y las prácticas del hombre en un lugar determinado.
Por tanto, ante la diversidad de suelos existentes en Ribera, es de esperar que cada uno de ellos se entienda de forma individual, hasta el punto de que dentro de una misma parcela, atendamos de forma distinta las singularidades que presenta. Es así como se vuelve a poner la mirada en la tierra, en el origen y para ello es necesario saber qué ocurre en cada uno de ellos. Parar, mirar y comprender. Términos que ya no nos son ajenos si hablamos de biodinámica, donde los suelos vivos son el eje de su filosofía.
Es así como Sergio, en los viñedos de Cruz de Alba, trata cada viña de forma individual, cada cepa. Saber qué necesitan o no en cada momento es su trabajo y poder interpretar el vino que nos quiere ofrecer cada uno. “Tutelar cada suelo”. Y los resultados están ahí, “más materia orgánica, cambian las analíticas, los aromas, sabores, sube la acidez, el PH”. Consecuencia de suelos con más materia orgánica y el abandono de productos químicos y procesos agresivos ante suelos exhaustos.
El fruto, tres vinos, 3 expresiones de lo que la viña nos ofrece, tres miradas a Ribera del Duero:
2003 fue su primer año. Viñedos propios situados en Padilla de Duero, clima duro y extremo. Es la expresión de la fruta, de la Tinta fina, bocado crujiente de fruta fresca, versátil y fiel a un paisaje y un estilo, el de Ribera, el de Cruz de Alba.
Cruz de Alba Reserva procedente de la zona más arenosa del viñedo Finca Los Hoyales. Es la muestra del equilibrio, el sosiego, el tiempo. La complejidad de una finca especial y la guarda. Solo posible con la mejor materia prima, uvas provenientes de suelos vivos, que aumentan la acidez tan importante para las largas crianzas. Uvas concentradas, con tanino que sujeta la estructura de un vino equilibrado, amable y que muestra la templanza que otorga el tiempo.
La selección de las viñas más viejas de Finca los Hoyales, entorno a los 80 años, que han hundido sus raíces en el tiempo buscando su origen. Sergio pone la mirada en los procesos artesanales de antaño, hechos a mano, sus manos que ilustran una etiqueta que nos antepone a lo que nos vamos a encontrar. Elaboración tradicional, vendimia manual, fermentación alcohólica en barricas de 500 litros abiertas, como antes… para dejar paso a una crianza larga, suave, tranquila, que abrace la expresión de una finca única y especial. El resultado, carácter, origen, la expresión de un viñedo, Finca los Hoyales.